ATLANTA — Hank Aaron, quien recibió amenazas racistas mientras se acercaba al récord de Babe Ruth y se convirtió en el rey de jonrones del béisbol en la era antes de los esteroides, murió, informaron los Bravos de Atlanta el viernes. Tenía 86 años.
Los Bravos indicaron que Aaron falleció en paz mientras dormía. No se ha revelado la causa de muerte.
“Hammerin’ Hank” (El Martillo Hank) fijó varias marcas de bateo en sus 23 años en Grandes Ligas, la mayoría con los Bravos, incluyendo para remolcadas, hits de extrabases y bases totales. Pero el miembro del Salón de la Fama será recordado sobre todo por un swing.
El 8 de abril de 1974, con casa llena en el Atlanta Stadium y en un partido transmitido en todo Estados Unidos, Aaron quebró el récord histórico de Ruth al conectar su cuadrangular 715 ante el pitcher Al Downing, de los Dodgers de Los Ángeles.
Aaron terminó su carrera con 755 jonrones, un total que Barry Bonds superó en 2007, aunque muchos todavía consideran a Aaron como el verdadero rey de jonrones. Bonds cerró su carrera con 762, aunque Aaron nunca le tuvo rencor por romper su récord. Su lema: más de tres décadas como el rey fueron suficiente, es hora de que otro tenga la corona. Sin embargo, nadie podrá arrebatarle su legado.
“Sólo traté de jugar este deporte de la forma que se supone que se juegue”, subrayó Aaron.
Su nombre aparece por todos lados en los récords del béisbol, y, de hecho, Hank Aaron podía hacer de todo. ¿Batear con poder? Por supuesto. No se puede olvidar el promedio de .300, o la gracia con que patrullaba su posición en los jardines, o la sorprendente velocidad que exhibía al recorrer las bases.
De todas formas, “El Martillo” Hank será recordado por siempre por un solo swing. Se trata del que destronó al “Bambino” Babe Ruth.