El Secretario General de las Naciones Unidas subrayó este viernes que para solucionar la crisis sanitaria causada por el coronavirus se requiere un plan global, integral y concertado que aborde, entre otros puntos, los problemas de la propiedad intelectual de las vacunas COVID-19.
En una conferencia de prensa desde Londres, en el marco de su participación en la Cumbre del G7, António Guterres apoyó la iniciativa de Sudáfrica y la India de derogar las regulaciones del Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual vinculados al comercio en el contexto de la Organización Mundial del Comercio.
“Pero eso no es suficiente”, afirmó, y argumentó que lo que falta es una cooperación sólida entre los gobiernos y la industria farmacéutica para garantizar que las licencias estén disponibles.
“Y también para asegurarnos de que las transferencias de tecnología y el soporte técnico estén disponibles. Porque si no, el hecho de que la licencia esté disponible no necesariamente resolverá el problema”, señaló.
Agregó que, además, es esencial mantener en marcha la compleja cadena de suministro, lo que precisa de una coordinación concertada entre todos los países que pueden producir vacunas, o que podrían hacerlo con la ayuda adecuada. La interacción con la industria farmacéutica para tener los mejores resultados posibles es otro requerimiento.
Que todos los países con capacidad produzcan vacunas:
“Entiendo que las empresas necesitan asegurarse de que sus inversiones sean rentables. No pido ninguna medida de expropiación, lo que estoy pidiendo es justicia en la forma en que se gestionan las cosas y un mecanismo de cooperación que permita a las empresas obtener los beneficios razonables que deben obtener, pero que al mismo tiempo se duplique la capacidad de producción y que todos aquellos que tengan la capacidad de hacer estas vacunas tengan las condiciones para hacerlo”, puntualizó Guterres.
El líder de la ONU consideró que es obvio que las farmacéuticas deben compartir el conocimiento, “pero no sólo compartir el conocimiento, eso y compartir todos los aspectos necesarios para permitir duplicar la producción de vacunas. Y para eso, precisamos poder movilizar todas las capacidades que ya existen o que pudieran existir, con transferencias tecnológicas adecuadas”, insistió.
Reiteró que ponerle fin la pandemia requiere ir más allá de apoyos bilaterales e iniciativas de países individuales.
Aún existe riesgo de propagación del virus;
Necesitamos un esfuerzo orquestado, que los países se unan y pongan en marcha un grupo de trabajo de emergencia para garantizar el diseño y luego la implementación de ese plan global de vacunación, enfatizó.
Advirtió que de lo contrario, el peligro es que el virus “se propague como la pólvora” en áreas grandes del mundo en desarrollo. “El riesgo de mutación y los riesgos de que aparezcan nuevas variantes y se vuelvan inmunes a las vacunas pueden socavar los esfuerzos que los países desarrollados están haciendo hoy para asegurarse de que toda su población esté vacunada”, abundó.
En este renglón añadió que todo el mundo se beneficiará de que la población entera se vacune más temprano que tarde. “Desafortunadamente, ahora ha sido muy desigual y muy injusta la forma en que se está llevando a cabo la vacunación en el planeta”.
No obstante ese despliegue desigual de vacunas, manifestó sentirse alentado con el reciente anuncio del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial de respaldar con 50.000 millones de dólares la inmunización en los países en desarrollo, así como con la promesa de Estados Unidos y el Reino Unidos de donar cientos de millones de vacunas en los próximos meses para los países que más lo necesiten.