La boleta electoral gananciosa del Partido Revolucionario Moderno Luís Abinader y Raquel Peña, recibe un país con una profunda crisis multifactorial, de tal magnitud que solventarla requiere de una amplia solidaridad entre los dominicanos, al margen de banderías políticas.
La parálisis e involución de los motores esenciales que mueven la economía nacional han creado un escenario color de hormiga para las nuevas autoridades, con cuatro vertientes necesitadas de urgentes medidas, pues todas interactúan entre sí produciendo efecto en un sentido u otro.
Encontrar vías efectivas para contener un coronavirus que se extiende sin control, mientras la respuesta de un sistema sanitario ralentizado mantiene los hospitales públicos y centros privados de salud desbordados, es a nuestro entender la tarea primordial del equipo gubernamental que asume el 16 de agosto próximo.
Es preciso entender que mientras el coronavirus continúe su avance ,la apertura económica, la pérdida de empleos y la presión sobre el mercado cambiario también serán impactados, quedando como opción, continuar ahogándonos en empréstitos que multiplicarán la deuda del Estado y en consecuencia, el exorbitante pago de intereses.
Por suerte, Abinader arriba con holgura legislativa para adelantar rápidas medidas de recuperación de la debacle, además el sólido respaldo internacional por la clara victoria obtenida se traducirá en apoyo de otros países, aunque la pandemia ha reducido las capacidades de ayudas desde el exterior por el avasallante impulso global del coronavirus.
Los dominicanos siempre nos levantamos de las caídas y nos sobreponemos a los reveses e infortunios del destino.