Existe consenso entre los expertos epidemiólogos mundiales, de que luego de los días festivos por los cuales estamos pasando se producirá una gran avalancha de infectados por el coronavirus, a causa de una variedad de circunstancias que obligan a las personas a relacionarse e interactuar fuera del contexto virtual.
El Ministro de Salud ha indicado que entre el 16% y17% de las personas que acuden a los centros comerciales y espacios públicos están contagiados de la COVID-19, a partir de estudios de campos realizados en algunos de esos lugares, pero es de presumir que por lo limitado de las pruebas realizadas el porcentaje pudiera ser mayor a lo previamente dicho.
Esto nos indica que los malos pronósticos de la Organización Mundial de Salud (OMS) con respecto a estar preparados para una enorme oleada de nuevos contagios de coronavirus a inicios del año 2021, comienzan a configurarse, con los resultados desastrosos proyectados para los sistemas de salud casi al borde del colapso.
El incremento en los encuentros amistosos y familiares, la ingesta de alcohol y drogas que han mostrado tendencias al alza durante estos meses, causan el relajamiento y descuido en el uso de las mascarillas y el distanciamiento social requerido para contener la aciaga pandemia.
Todavía estamos a tiempo de continuar la lucha para evitar las funestas consecuencias de la imprudencia de muchísimos ciudadanos en los que las fiestas les hacen bajar la guardia frente a este poderoso y tenaz enemigo, que incluso logra transformarse tratando de evadir la efectividad de las vacunas.
Actuar con comedimiento y prudencia, ahora es la clave, para no llorar lágrimas de sangre luego.