Otra vez, una de las cámaras legislativas aprobó un nuevo cambio de la antigua Corporación Dominicana de Electricidad, (CDE) actualmente Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) y la Unidad de Electrificación Rural y Sub Urbana (UERS) para transferir las funciones de esa entidades al Ministerio de de Energía y Minas.
Continuando la danza de cambios en ese sector estratégico nacional, ahora también el Senado dispuso la creación de la Empresa Generadora de Electricidad Punta Catalina (EGEPC) de forma que si esas modificaciones son aprobadas y promulgadas por el Poder Ejecutivo, la EGEPC consolidará la generación eléctrica de la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC).
Al pueblo poco le interesan los cambios cosméticos de nombres y administraciones del sector eléctrico en el país, la atención y preocupación popular radica en la continuidad de los prolongados apagones que gobierno tras gobierno prometen resolver, mientras el problema parece nunca tener solución.
Ya no es válido escudarse en pretextos reales o sobredimensionados de errores en gestiones pasadas, mientras los extendidos cortes eléctricos llevan a la quiebra a medianos y pequeños negocios, las tarifas en los hogares son cada vez más caras y el tiempo transcurre entre acusaciones mutuas de antiguos y actuales administradores.
Cientos de millones de dólares del erario público han sido utilizados en auditorías financieras, técnicas y de cualquier otra índole en la búsqueda de posibles incongruencias, pero esos millones pagados a grupos privados nacionales y extranjeros, no han servido de nada y los apagones continúan su agitado rumbo.
Autoridades, póngale el nombre que mejor se ajuste a su gestión y si las ideas de acortar o alargar siglas se les agotan, busquen ayuda en démoselos y reguetonero para que le orienten en esas «complicada» tarea de modificar, reducir, alargar siglas o transferir funciones, pero por favor, resuelvan los interminables apagones, que esa es la verdadera preocupación de la ciudadanía.