“Haré todo lo que esté en mi mano para asegurar el florecimiento de la confianza entre las naciones, grandes y pequeñas, para construir puentes. Me comprometo a trabajar sin descanso en la construcción de confianza”, declaró este viernes el Secretario General de las Naciones Unidas luego de que la Asamblea General de la Organización lo confirmara por aclamación para continuar en el cargo.
El segundo periodo de António Guterres al frente de la ONU comenzará el 1 de enero de 2022 y terminará el 31 de diciembre de 2026. Postulado por el gobierno de su país, el diplomático portugués fue el único candidato al puesto. Su primer mandato de cinco años comenzó en enero de 2017.
Tras aceptar el nombramiento, Guterres dijo que durante los cuatro años y medio que ha liderado el organismo mundial ha aprendido muchas lecciones, “pero la más importante es que no podemos hacer nada solos, que debemos reconstruir la solidaridad y la confianza. Si hay algo que necesito hacer mejor en mi segundo mandato es asegurarme de hacer todo lo posible para reconstruir la confianza. Confianza en los gobiernos, en la gente y las instituciones, y confianza en las Naciones Unidas”, recalcó.
En la ceremonia de toma de protesta en el auditorio de la Asamblea General, Guterres dijo estar consciente de las inmensas responsabilidades que se le asignan en este momento crítico de la historia, cuando el mundo enfrenta una serie de problemas dramáticos entre los que citó la pandemia de COVID-19, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, un ciberespacio sin leyes y las divisiones políticas.
Para sortear esas cuestiones, aseveró, hace falta sumar las capacidades de todos los países y trabajar orquestadamente.
Hacer posible lo imposible:
“Es el momento de fortalecer el multilateralismo, de entender que ningún país puede hacer nada solo, que independientemente de las divisiones, los países deben unirse. Este es el mensaje más importante que estoy enviando hoy: reconstruir la confianza es la manera de hacer posible lo imposible. Si seguimos divididos lo imposible seguirá siendo imposible y las fragilidades del mundo causarán más sufrimiento a la gente, sobre todo a la más vulnerable”, acotó Guterres.
“Nos encontramos ante una encrucijada que puede llevarnos al precipicio o al progreso. Al precipicio de las crisis perpetuas o a la perspectiva de llegar a un futuro mejor, más seguro y en armonía con la naturaleza que nos beneficie a todos. Y yo haré todo lo que pueda para que optemos por el progreso”, apuntó el Secretario General en un encuentro con los periodistas al salir de la Asamblea General.
Ante los 193 Estados miembros de la ONU, el Secretario General sostuvo que, no obstante las amenazas que penden sobre el mundo, hay razones para tener esperanza.
“La actitud es nunca rendirse. (…) Esto no es idealista ni utópico, sino que se basa en el conocimiento de la historia: cuando han sucedido grandes transformaciones, éstas son impulsadas por la confianza en la bondad inherente de las personas. Los avances son posibles cuando menos lo esperamos y contra todo pronóstico. Ese es mi compromiso inquebrantable”, puntualizó.
Las promesas de la ONU persisten:
En su discurso, Guterres encomió el trabajo del personal de las Naciones Unidas en todo el mundo, aunque reconoció la necesidad de mejorar continuamente, lo que incluye reducir la “burocracia innecesaria”.
Si bien el mundo ha cambiado mucho, las promesas de la ONU siguen siendo constantes, pero los países tienen que trabajar juntos de formas completamente nuevas para mantenerlas vivas.
Pidió aprovechar el impulso para la transformación y destacó la necesidad de traer otras voces a la mesa, incluida la sociedad civil, el sector privado y los jóvenes.
Solidaridad:
“Y esta transformación tiene que ver con solidaridad e igualdad”, explicó.
Se debe renovar la solidaridad, agregó. “A nivel nacional, a través de un contrato social reinventado. A nivel global a través de un multilateralismo más inclusivo, interconectado y efectivo”, abundó.
Guterres aseveró que la igualdad consiste en llegar a comprender y gestionar mejor los bienes públicos globales, entender el creciente conjunto de preocupaciones compartidas del que depende nuestro bienestar como raza humana y que debemos presentar de un modo colectivo con mejores formas de gobernanza.
Equidad, pandemia y vacunas:
Afirmó que es fundamental que el fin de la pandemia, al igual que la recuperación socioeconómica, se produzcan sobre una base de equidad para todos.
“Nuestro mayor desafío, que es al mismo tiempo nuestra mayor oportunidad, es utilizar esta crisis para cambiar el rumbo, girar hacia un mundo que aprenda lecciones, promueva una recuperación justa, ecológica y sostenible y muestre el camino a través de una mejora internacional y una cooperación eficaz para abordar los problemas globales”, señaló.
“La equidad debe comenzar ahora: las vacunas deben estar disponibles para todos en todas partes y debemos crear las condiciones para una recuperación sostenible e inclusiva tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo. Y todavía queda un largo camino por recorrer”, dijo.
El titular de la ONU llamó a los países a reflexionar sobre la manera en que se ejerce el poder en el mundo actual cuando se trata de la distribución de recursos y tecnología.
Libertad de prensa:
Antes de terminar su encuentro con los periodistas, Guterres hizo hincapié en que la libertad de prensa es absolutamente indispensable para un orden mundial justo e informado.
Asimismo, se comprometió a hacer todo lo que esté a su alcance para que se respete a todos los periodistas en todas partes, y para que termine la persecución y asesinatos que sufren muchos actualmente “sólo por decir la verdad”.