La Organización Mundial de la Salud recomienda el uso de la vacuna de Janssen, fabricada por la compañía Johnson y Johnson, para todos los países incluidos aquellos en los que ya están circulando de manera mayoritaria nuevas variantes del coronavirus causante de la pandemia de COVID-19.
La vacuna, aprobada por la OMS la semana pasada y que se administra en una sola dosis, se ha mostrado efectiva “en países en los que hay una gran circulación de las variantes”, dijo Alejandro Cravioto, el director del Grupo Estratégico Asesor de Expertos sobre Vacunación (SAGE por sus siglas en inglés).
Al igual que ha hecho con las otras dos vacunas que ha supervisado, este panel de expertos de la agencia de la ONU recomienda su administración solo para el grupo de mujeres embarazadas y lactantes en grupos de riesgo, como las trabajadoras de la salud, pero resalta que ha demostrado ser relativamente más segura para ellas que las de Pfizer-BionTech y AstraZeneca-Oxford.
“La vacuna es relativamente más segura que otras en el sentido del conocimiento en el uso en mujeres embarazadas. Tenemos la experiencia con otra vacuna de Janssen basada en la misma plataforma Adeno 26 que se ha usado ampliamente para controlar brotes de ébola en la República Democrática del Congo y otros países África occidental. Se ha hecho un seguimiento de 1600 mujeres embarazadas vacunas contra el ébola en el que se vio que el beneficio de vacunarlas frente al riesgo de que cogieran ébola estaba totalmente justificado”.
La experiencia también se extiende para madres lactantes y se ha visto que “es segura” para aquellas que necesitan ser vacunadas.
La vacuna de Johnson y Johnson se recomienda para mayores de 18 años, sin límite de edad, si bien los expertos destacan su uso para personas de la tercera edad y de quienes tienen enfermedades crónicas, ya que son los grupos más en riesgo.
Durante la rueda de prensa en la que se dieron a conocer las recomendaciones, los expertos aclararon que esta vacuna no contiene adyuvantes, conservantes, ni tampoco elementos de origen animal o tejido fetal, motivos de preocupación para movimientos religiosos, animalistas y antivacunas, según diversos reportes de prensa.