La reciente medición realizada por la empresa Gallup-RCC con respecto al panorama político de cara a las elecciones del 2024 ha motivado a los adláteres del partido gobernante a celebrar anticipadamente una rotunda victoria en primera vuelta que otorga un nuevo mandato al presidente Luis Abinader.
Aplauden y amplifican los del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que el expresidente Leonel Fernández, líder del partido Fuerza del Pueblo (FP), y segundo lugar entre los candidatos de la susodicha encuesta, posee una alta tasa de rechazo, con un 37.3% de posibles votantes asegurando que jamás votarían por él. Para los del PRM Leonel está acabado, sin posibilidades.
Sin embargo, al analizar los torneos presidenciales en distintas latitudes y las mediciones que reflejaban en un momento concreto las intenciones del voto de tal o cual candidato, mostraron al final cambios sustanciales favorables o desfavorables, obteniendo al concluir las votaciones números diferentes a los otorgados por las encuestas.
Pese a la amplia tasa de rechazo, Leonel es el candidato con más rápido ascenso en la intención del voto, pasando de un 8.9% en las elecciones pasadas a un 27.4% en el presente, esto sin contar, el impacto positivo que tendrá para su candidatura la alianza opositora «Rescate RD» (Fuerza del Pueblo (FP), Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y Partido de la Liberación Dominicana (PLD)).
La Encuesta de Gallup confirma la apreciación previa de Enlacedigital.com.do en el editorial publicado el 29 de septiembre, titulado «La arriesgada movida de Abinader» en el cual visualizamos que «el conflicto con Haití ayudó a Abinader a romper el techo electoral en el cual estaba estancado, presentándole ahora un escenario de victoria en primera vuelta».
En los próximos meses la táctica para Abinader es la difícil tarea de evitar cometer errores que sean aprovechados por Leonel para lanzar persistentes ataques de desgaste que inclinen la balanza hacia una segunda vuelta electoral en la cual Leonel buscará polarizar el voto e incluso podría sorprender, aunque los gobiernistas ya estén celebrando el triunfo, sin que se hayan contado los votos.
