En el municipio Fundación, de la provincia de Barahona, en el sector denominado Cruce de Pescadería, una ambulancia que presuntamente prestaba un servicio de emergencia, atropelló por accidente a un joven que falleció debido a los golpes y heridas causadas durante el infausto suceso.
Algunos de los presentes durante la tragedia atacaron con piedras y palos el vehículo que brindaba el servicio de emergencia, mientras suponemos que el conductor emprendió la huida para evitar ser agredido por la turba y preservar su vida, la ambulancia terminó calcinada.
Creemos importante realizar un razonamiento inductivo para tratar de encontrar las justificaciones o niveles de racionalidad de algunos ciudadanos a la hora de atacar autobuses públicos, vehículos policiales, camiones de bomberos, o como el caso que nos ocupa, incendiar una ambulancia debido a un lamentable accidente.
La información indica que la ambulancia se dirigía hacia el Hospital Regional Docente Universitario Jaime Mota del municipio de Barahona, quizás con la intención de recoger a un paciente que necesitaba ser trasladado de urgencia a otro centro de Salud para salvar la vida, de la misma forma que esa misma ambulancia, tal vez salvó docenas o cientos de vidas más.
Cuando ocurren accidentes, se entiende la ira contra los posibles causantes de muertes, pero aún en esas circunstancias es absurdo destruir o incendiar camiones de bomberos, autobuses, ambulancias, carros policiales o incluso de ciudadanos comunes cuando ocurren accidentes. ¿Acaso los servidores de los servicios de emergencias o cualquier otro conductor planifica accidentarse y causar víctimas?
¿Por qué atacar un vehículo que pudo o podría salvar las vidas de los mismos que la incendiaron? ¿Pensó esa turba en cuántas vidas se perderán por la falta de esa ambulancia?