New York, 25 de octubre, 2023.- Dirigiéndose a una reunión del Consejo de Seguridad, el titular de la ONU condena una vez más los ataques de Hamás, pero señala que eso no justifica el castigo colectivo de la población de Gaza y recuerda que toda esta violencia no nace de la nada sino de una ocupación de más de 56 años. Por ello, señala que la única solución es la de que existan dos Estados.
“En un momento crucial como éste, es vital tener claros los principios, empezando por el principio fundamental de respeto y protección de la población civil”, dijo este martes el Secretario General durante una reunión del Consejo de Seguridad para tratar la cuestión de Palestina.
Por ello, António Guterres exigió a todas las partes que cumplan y respeten sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario y pidió que “respeten y protejan los hospitales y se respeten la inviolabilidad de las instalaciones de la ONU”, que albergan a más de 600.000 palestinos.
“He condenado inequívocamente los horribles actos de terror sin precedentes perpetrados el 7 de octubre por Hamás en Israel. Nada puede justificar el asesinato, las heridas y el secuestro deliberados de civiles, ni el lanzamiento de cohetes contra objetivos civiles”, dijo António Guterres.
Pero señaló que “también es importante reconocer que los atentados de Hamás no se produjeron en el vacío. El pueblo palestino lleva 56 años sometido a una ocupación asfixiante. Ha visto cómo su tierra era devorada por los asentamientos y asolada por la violencia; cómo se asfixiaba su economía; cómo se desplazaba a su población y se demolían sus hogares”.
Por ello, afirmó que “los agravios del pueblo palestino no pueden justificar los atroces ataques de Hamás. Y esos atroces ataques no pueden justificar el castigo colectivo del pueblo palestino”.
El Secretario General dijo, además, que las esperanza del pueblo palestino para una solución política “se han ido desvaneciendo”.
Por ello, recordó que incluso “en este momento de peligro grave e inmediato, no podemos perder de vista el único fundamento realista para una paz y una estabilidad verdaderas: la solución de dos Estados”.
Por su parte, el coordinador especial para el proceso de paz en Oriente Medio advirtió del riesgo de un mayor deterioro de la situación en la Cisjordania ocupada o de que el conflicto se extienda a la región sigue siendo significativo.
“La violencia en Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén Este, que ya alcanza niveles preocupantes, ha aumentado desde el estallido de la guerra. Las autoridades israelíes han impuesto y han llevado a cabo numerosas detenciones. El número de enfrentamientos diarios e intercambios armados entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes y colonos es elevado”, dijo Tor Wednesland.
Desde el 7 de octubre, 95 palestinos, entre ellos 28 niños, han muerto a manos de las fuerzas de seguridad israelíes o de colonos, y un miembro del personal de seguridad israelí murió en un intercambio armado.
En ciudades de Cisjordania se celebraron grandes manifestaciones en solidaridad con la población de Gaza, algunas de las cuales desembocaron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad palestinas.
“Lo que está en juego es astronómicamente alto y hago un llamamiento a todos los actores relevantes para que actúen con responsabilidad. Cualquier error de cálculo podría tener consecuencias inconmensurables”, alertó Wednessland.
Tras coincidir con el Secretario General en que la solución a este conflicto es política, aseguró que es fundamental que, “como comunidad internacional unida, empleemos todos nuestros esfuerzos colectivos para poner fin al derramamiento de sangre y evitar que se extiendan las hostilidades, incluso en la región”.
Mientras que el ministro de Asuntos Exteriores del Estado de Palestina declaró que el Consejo de Seguridad y la comunidad internacional tienen el deber y la obligación de salvar vidas.
«En Gaza, bajo los escombros yacen más de 1000 palestinos y todos los valores y todas las normas. Bajo las bombas, dos millones de palestinos, y todos los valores y todas las normas», dijo Riyad al-Maliki
Y añadió que “las masacres en curso, perpetradas deliberada, sistemática y salvajemente por Israel, la potencia ocupante, contra la población civil palestina bajo su ilegal ocupación colonial debe pararse. El Consejo de Seguridad tiene el deber de detenerlos”.
«El fracaso continuado de este Consejo [de Seguridad] es inexcusable», subrayó al-Maliki.
Declaró que sólo «el derecho internacional y la paz» merecen el apoyo incondicional de los países, y añadió que «más injusticia y más matanzas no harán que Israel esté más seguro«.
«Ninguna cantidad de armas, ninguna alianza, le aportará seguridad; sólo lo hará la paz, la paz con Palestina y su pueblo», afirmó, añadiendo que «el destino del pueblo palestino no puede seguir siendo la desposesión, el desplazamiento, la negación de derechos y la muerte”.
“Nuestra libertad es la condición para una paz y una seguridad compartidas«.
Al-Maliki subrayó que no hay ayuda humanitaria que pueda servir si continúa la destrucción. Para evitar una catástrofe humanitaria aún mayor y un desbordamiento regional, «debe quedar claro que esto sólo puede lograrse poniendo fin de inmediato a la guerra israelí lanzada contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza. Que cese el derramamiento de sangre».
Al-Maliki finalizó haciendo referencia a la necesidad de poner fin a la ocupación israelí de los territorios palestinos. “Que Jerusalén sea la capital del Estado Palestino según resoluciones previas y el proceso de paz y el derecho internacional, y que los palestinos puedan disfrutar de sus derechos inalienables, ello incluye el retorno de los refugiados y la autodeterminación según la resolución 194”.
En tanto el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Eli Cohen, comenzó su discurso ante el Consejo de Seguridad mostrando un collage de niños israelíes secuestrados por Hamás y leyendo sus nombres. A la sesión asistieron familiares de algunos secuestrados.
Cohen dijo que lo ocurrido el 7 de octubre es una «llamada de atención para todo el mundo libre, una llamada de atención contra el extremismo y el terror» y declaró que “Hamás son los nuevos nazis”.
“Al igual que el mundo civilizado se unió para vencer a los nazis y a ISIS, el mundo civilizado tiene que unirse a Israel para vencer a Hamás”. “No es solo nuestro derecho destruir Hamás, es también nuestra obligación”, añadió Eli Cohen.
Cohen señaló que la guerra les ha sido impuesta. “No elegimos esta guerra. Esta guerra es por la vida”.
¿Cuál es la respuesta proporcionada a matar a bebés, a violar y quemar a mujeres a decapitar a niños? ¿Cómo puedes acordar un alto el fuego con alguien que quiere matar y destruir tu propia existencia? La respuesta proporcionada al 7 de octubre es destruir hasta el último miembro de Hamás. No es solo el derecho de Israel destruir a Hamás, sino que es nuestro deber”.
Cohen también pidió el acceso inmediato a los rehenes que permanecen en manos de Hamás y su liberación incondicional.
“Qatar podría facilitarlo. Ustedes, miembros de la comunidad internacional, deberían exigir a Qatar que haga precisamente eso», dijo. «La reunión debería concluir con un mensaje claro: tráiganlos a casa«.
Y concluyó que «si las naciones no apoyan los valores básicos descritos en la Carta de la ONU esta será la hora más oscura de la ONU y este lugar no tendrá justificación moral para existir».
Por ONU