El tráfico internacional de drogas que desde hace años viene utilizando a la República Dominicana como puente para hacer llegar sus cargamentos a Estados Unidos y en menor medida a Europa, esta recibiendo golpes contundentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), con sistemáticas confiscaciones e interdicciones, que desestabilizan las operaciones de los grupos delincuenciales.
El cambio de autoridades en las agencias antidrogas estadounidenses y dominicanas trajo consigo nuevos enfoques en las estrategias para enfrentar los sucesivos intentos para hacer llegar toneladas de drogas a la isla, que como sabemos prioriza la parte Este por la facilidad logística, del transporte de la droga al destino final.
La frecuencia de los envíos, en nuestra opinión, está relacionada con la gran demanda de narcóticos y altos precios existentes en Estados Unidos y Europa, pues según los estudios científicos realizados, la pandemia del coronavirus ha disparado el consumo de medicamentos, drogas y bebidas alcohólicas a nivel mundial.
Pero luce que las acciones coordinadas entre las agencias de inteligencias norteamericanas y dominicanas están dando resultados, a partir del reiterado golpe asestado a las rutas establecidas por los carteles para el trasiego de drogas, por lo que los maleantes deben estar buscando cambiar el «modus operandis» por los constantes fracasos.
Para la República Dominicana, el combate al narcotráfico y a las ramificaciones de esa actividad en el territorio nacional debe ser una lucha sin cuartel, por la vinculación directa entre el incremento de las actividades criminales con la venta y consumo de las drogas que permanecen en el país como pago por los cargamentos no detectados, y eso obliga a continuar evitando la llegada de drogas a como de lugar.
