Las recientes encuestas publicadas en torno a las preferencias de los votantes para ocupar el podio presidencial en las venideras elecciones nacionales, muestran pocas variaciones con respecto a las publicadas desde el año pasado y el porcentaje de valoración entre los principales candidatos luce estable.
Luis Abinader se mantiene puntero con un 47%, Leonel Fernández posee un 27% y Abel Martínez posee una puntuación cercana al 18%, lo cual no es sorpresa y presenta hasta este momento un escenario electoral de segunda vuelta, a menos que el mandatario sume alianzas a toda costa.
El hecho de que Abinader, se mantenga casi estático en su techo electoral, incapaz de sobrepasar el 50% pese al apoyo de la sociedad dominicana a su gestión, a la febril actividad presidencial, al festival de promesas y al constante bombardeo mediático, obliga a un análisis por parte de sus estrategas de campaña.
La lucha contra la corrupción y la defensa de la transparencia en la actividad del Estado que catapultó a Abinader, no parece calar como antes en una población agobiada por la inseguridad, la inflación y el encarecimiento. Quizás parte del plan para intentar cambiar ese panorama es la presión a una baja temporal en la prima del dólar, con cuya moneda se compran los bienes en el exterior.
Otro mensaje oculto en el sustrato de las mediciones publicadas ubica la tasa de rechazo en los partidos mayoritarios bastante alta, reflejando un hartazgo en los votantes en los partidos políticos que inciden dentro del espectro ideológico centroderechista, pero debido a la escasa beligerancia de la izquierda, un amplio segmento de votantes sin opción electoral diferente, reniega a escoger entre lo mismo y más de lo mismo.