El lamentable fallecimiento de la mujer hermafrodita Ellen Frances Hulett, en el Centro Vacacional de Haina (no entendemos por qué se insiste en llamar a ese recinto » Vacacional» en lugar de nombrarle Centro de Intervención Migratoria -CIM-), la pasada semana, le proporciona argumentos a quienes dentro y fuera intentan desacreditar las acciones migratorias de las autoridades.
Una vez que se anunció el fallecimiento de la extranjera, el vocero de un denominado Consejo Nacional de Derechos Humanos (Conadehu) señor Nelson Gutiérrez publica un video indicando que esa persona había sido violada por 15 haitianos en ese centro antes de su muerte, contradiciendo también la afirmación de la Dirección de Migración (DGM), en cuanto a la nacionalidad estadounidense de Frances Hullett, de quien aseguró era procedente de Ucrania.
Mostrando el sesgo bajo el refajo, Gutiérrez, agrega que en ese Centro han muerto otras personas en situaciones similares, que haitianas han dado a luz sin atención médica y que niños haitianos mueren allí por indiferencia de las autoridades. Gutiérrez asemeja al Centro de Haina, con ergástulas Trujillistas de torturas o con un campo de concentración, aunque esta penosa muerte es un caso aislado.
Pero ¿Dónde están las evidencias que muestren la violación por 15 haitianos de la fallecida, mientras la DGM asegura que no hay testimonios, testigos, ni existen hasta el momento reportes médicos? ¿Cómo obtuvo el Conadehu la información de esas violaciones?, ¿Dónde está la prueba de su nacionalidad ucraniana, si la mujer, diganosticada con transtornos sicóticos nunca presentó documentos válidos y se identificó como hombre en la DGM con el nombre de «Ezri Hajune»?
Si las investigaciones en curso demuestran maltratos o violación de la fallecida, demos por hecho que la claque oportunista tratará histéricamente de amplificar en el exterior esa muerte, reclamando supuestos abusos no solo contra los haitianos sino contra todos los extranjeros detenidos por la DGM, incluyendo a ciudadanos norteamericanos, para buscar resoluciones condenatorias en Estados Unidos y en las organizaciones internacionales.
La DGM debe actualizar con urgencia los protocolos en este tipo de casos para que no ocurran nuevamente y el gobierno debe estar listo para esta embestida en múltiples frentes, contra la política migratoria del país.