En nuestro país existen marcos legales para garantizar la sana y ordenada convivencia entre los que habitamos esta media isla, sean dominicanos o extranjeros, y dentro de esas legislaciones se encuentra la Ley General de Salud 42-01 del 8 de marzo del 2001, que regula en sentido general la prestación de servicios médicos en los centros públicos y privados.
También cuenta con la Ley 87-01 del Sistema de Seguridad Social cuyos reglamentos accesorios establecen protocolos adecuados y normativas precisas en los Centros Especializados de Atención en Salud de las Redes Públicas, lo cual aunado a otras normativas establecidas son bastantes claras en cuanto a tipificar la ilegalidad de cualquier Centro Médico público o privado que desatiendan a un paciente que requiera atención.
El problema perenne de la negación de servicios médicos por parte de clínicas privadas en el país vuelve a la palestra con los casos denunciado por Franklyn Rodríguez y Luis Graveley, que como parte de la tragedia en la discoteca Jet Set fueron trasladados sangrando y mal heridos al área de emergencia de un Centro médico privado en el ensanche La Fe, quienes sin más ni más, le negaron a prestarle la debida atención médica.
Esos no son casos aislados, y la excusa habitual de las Centros médicos privados es la falta de cobertura del Seguro, pero en este caso, la Superintendencia de Salud emitió un comunicado autorizando servicios médicos a los afectados del colapso en cualquier centro médico, en un rápido y decisivo movimiento para salvar las vidas de los sobrevivientes, lo cual no fue respetado por algunos centros medico privados, violando el artículo 28 de la Ley 42-01 que obliga a la atención de emergencia.
Al negar la asistencia, ese centro privado transgrede no solamente una infinidad de leyes, decretos y reglamentos sino los artículos 31 y 61 de la Carta Magna, que garantizan el derecho a la vida y a la salud de las personas. Por eso, la Superintendencia de Salud debe sentar un claro precedente sancionando a estos negociantes de la medicina, no sólo por estos dos casos, sino por muchos compatriotas que a diario sufren vejámenes y denegación de servicios médicos en estos comercios, mal llamados Clínicas médicas.