Lo peor que le puede pasar a un país, es cuando su gente no confía en las autoridades, donde hablar de justicia es lo mismo que de impunidad, corrupción, chantaje y asociación de malhechores, en todos los órdenes.
Hay que cambiar esta sociedad, y para ello debemos empodéranos y predicar con el ejemplo, con humidad, con respeto y cumplimiento de las leyes, para exigirles a los que nos dirigen y han dirigido, un alto en el camino.
No podemos continuar así, con tanta inequidad e irrespeto a los derechos de cada quien, haciendo lo que nos venga en ganas.
Hay que salir de muchas de las lacras sociales, que han vivido como las sanguijuelas, haciendo riquezas con el hambre y la miseria de mucha gente.
Es hora de decir basta ya, este país nos corresponde a todos y a todas, no a un grupito de asaltantes, políticos y empresarios, que con la venia de otros sectores sociales cómplices, tratan de seguir pescando en mar revuelto.
Hay que ponerle final al libertinaje, a la corrupción, a la impunidad, al grupismo, al abuso de poder y al caos.
Necesitamos un país donde la gente sea el centro del desarrollo y del progreso.
El autor:
Roberto Gil es licenciado en comunicación social y locutor profesional
Director de enlacedigital.com.do



