MILWAUKEE. — Los Bucks son campeones de la NBA tras medio siglo de sequía, un título que corona a Giannis Antetokounmpo en el olimpo de la liga estadounidense y emula los legendarios tiempos de Kareem Abdul-Jabbar en Wisconsin. Con una victoria 105-98 sobre unos Phoenix Suns batalladores y dignos en la derrota, y liderados por la histórica actuación de su estrella griega, los Bucks se entregaron a la locura colectiva ante 17 000 fieles dentro del Fiserv Forum y un tumulto de 65 000 aficionados que se desgañitaron en las afueras del pabellón.
Anteto, con 50 puntos –un guiño a todos los años de sequía de la ciudad, campeona por última vez en 1971– y una de las mejores actuaciones que se recuerdan en las Finales de la NBA, lideró el triunfo de Milwaukee, su hogar de acogida en Estados Unidos. El jugador griego de origen nigeriano logró un título que anhelaba para la que ahora llama su ciudad, y lo celebró a lo grande y recogiendo también el MVP de las Finales, un premio más que merecido.
El partido fue una exhibición de dominio avasallador del dos veces MVP de la temporada regular, que se cebó con los oponentes en ataque y en defensa. El griego añadió 14 rebotes, 2 rebotes y 5 tapones (16-25 TC) a su magnífico colofón de una temporada que ha espantado por fin todos los fantasmas de la ciudad.
Anteto viene de firmar su mejor contrato con la franquicia –228 millones de dólares hasta 2026– y puede abrir una nueva era en la liga si continúa con su dominio incontestable bajo los aros en ambos lados de la cancha. El recital de anoche tan solo fue la puntilla a sus increíbles Finales: 35,2 puntos, 13,2 rebotes, 5 asistencias, 1,2 robos y 1,8 tapones por partido, el tercer mejor promedio anotador de la historia.
Chris Paul, con la miel en los labios, dio su mejor versión en la dura derrota para él y los Suns, un equipo que nadie esperaba en estas Finales tras diez años sin entrar en unos playoffs y que presentó una batalla magnífica a una plantilla mucho más experimentada, preparada y diseñada para conseguir el anillo desde hace varias temporadas.
El veterano base de 36 años no pudo alargar su lucha y la de sus compañeros a pesar de terminar con 26 puntos y 5 asistencias (11-19 TC), acompañadas por un Devin Booker mayormente anulado por la defensa rival a pesar de lo que indican sus 19 puntos y 5 asistencias (8-22 TC, 0-7 TC).
La desolación de unos contrastó con los aullidos y palabrotas de los otros en la ceremonia de entrega del trofeo Larry O’Brien. El tierno y sincero abrazo de Anteto y Khris Middleton, su fiel escudero y compañero de trayecto estos ocho años en Milwaukee, cerró el círculo. La imagen recordó el valor de los proyectos a largo plazo y la confianza plena en un gran grupo humano, liderado por un Mike Budenholzer premiado también con su primer anillo de la NBA como entrenador jefe.