La rápida movida del presidente Luís Abinader al ofrecer un discurso a la nación, en aras de ofrecer detalles de una variedad de tópicos de interés ciudadano, sigue consolidando una imagen de liderato y flexibilidad necesaria para sortear las innumerables dificultades por las que atraviesa el país.
Mostrando una receptividad poco usual en la práctica política dominicana, el jefe de Estado anunció el retiro del proyecto de presupuesto que contemplaba gravámenes a diversas áreas del aparato productivo y que había generado amplio rechazo social, así como en las élites económicas por las potenciales consecuencias negativas para la población.
Pero ante la necesidad de recursos para poder implementar los proyectos venideros, el mandatario recurrió al abono adelantado de la empresa canadiense Barrick Gold y a los recortes de recursos en algunas instituciones, para acercarse a la propuesta presupuestaria del 2021, que sobrepasa el billón de pesos.
Abinader, sin embargo advirtió de lo imprescindible e inevitable de un pacto eléctrico y fiscal, implicando que el momento llegó de enfrentar las deficiencias y desequilibrios financieros acumulados durante décadas en la estructura económica dominicana.
El discurso presidencial aseguró el esfuerzo de continuidad en algunos programas sociales, y aprovechó la oportunidad para fustigar la corrupción e impunidad atribuidas a gestiones anteriores, lo que anuncia el inicio de las investigaciones penales a los funcionarios enriquecidos indebidamente en el pasado reciente, por tanto, es de prever que los próximos días serán de grandes dramas judiciales .
