Salvo en el caso de que ocurriese un muy poco común empate, un merecido candidato al Jugador Más Valioso en la Liga Americana se iba a quedar con las manos vacías la noche del jueves.
Tal era la realidad de un año en el que tanto el capitán de los Yankees, Aaron Judge, como el receptor de los Marineros, Cal Raleigh, tenían argumentos estadísticos y narrativos legítimos para ser el JMV. Y en los resultados revelados en MLB Network, fue Judge quien se impuso en la L.A. para unirse al obvio ganador de la Liga Nacional, Shohei Ohtani de los Dodgers y alzarse con los honores individuales más preciados de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).
Ohtani, el fenómeno que lanza y batea, fue el ganador unánime de su tercer JMV consecutivo (dos seguidos en la L.N.) y el cuarto en los últimos cinco años. Solo Barry Bonds (siete) tiene más JMV, y Bonds (2001 a 2004) fue el único jugador anterior en ganar tres seguidos. Ningún otro jugador en la historia ha sido votado JMV de forma unánime varias veces; Ohtani ha sido unánime en todas las ocasiones.
“Lo más importante”, dijo Ohtani sobre este triunfo de 2025, “es obviamente poder ganar la Serie Mundial. Eso es lo principal. Ya sabes, es la guinda del pastel poder obtener un premio individual, ser coronado JMV, pero realmente aprecio el apoyo de todos mis compañeros de equipo, de todos a mi alrededor, de mi personal de apoyo”.
En el Joven Circuito, la votación fue predeciblemente más cerrada.
Judge, el inusual campeón de bateo con 50 jonrones, recibió 17 votos al primer lugar frente a los 13 de Raleigh (355 a 335 en el conteo total) para ganar su segundo JMV consecutivo de la L.A. y el tercero en los últimos cuatro años.
Esta es la primera vez en la historia del premio que ambos JMV de una temporada repiten al año siguiente.
Así, la votación dejó más claro que nunca que esta es la era de Ohtani y Judge, quienes de diferentes maneras han colocado sus nombres entre los más grandes del juego.
Pero incluso sin el premio, esta carrera por el JMV de la L.A. —probablemente la más debatida en la esfera pública desde aquella del venezolano Miguel Cabrera contra Mike Trout en la L.A. en el 2012— fue una oportunidad para apreciar la historia que Raleigh forjó en una de las mejores temporadas que se podría concebir para un receptor.
Ya considerado uno de los mejores caretas defensivos del juego (Raleigh no solo ganó el Guante de Oro, sino también el Guante de Platino de la L.A. en el 2024), Raleigh continuó aportando valor detrás del plato (percentil 87 en valor de carrera defensiva, según Statcast, y la octava calificación defensiva más alta de cualquier jugador en cualquier posición, según FanGraphs) junto con un año verdaderamente extraordinario al bate.
Raleigh se convirtió en el séptimo jugador en la historia con una campaña de 60 vuelacercas, y esos 60 jonrones fueron la mayor cantidad para un receptor, un bateador ambidiestro y un jugador de los Marineros. Raleigh también impulsó 125 carreras (líder de la L.A.) y fue elogiado por su trabajo con el cuerpo de pitcheo en un equipo de Seattle que ganó su división (y terminó avanzando a la Serie de Campeonato de la L.A. después de que concluyó la votación) por primera vez desde el 2001.
Todo lo anterior fue especial. Pero los votantes de la BBWAA reconocieron que lo que hizo Judge (mucho más sobre esto a continuación) también fue especial. Y cualquier afirmación de un posible “aburrimiento de los votantes” ante la posibilidad de elegir nuevamente a Judge, quedó sin efecto por los resultados reales.
En cuanto a Ohtani, bueno, su caso no fue difícil de vender. Después de convertirse en el primer jugador con una temporada de 50 cuadrangulares y 50 robos en el 2024, Ohtani bajó el tono a su brillantez en las bases en 2025 solo porque necesitaba esa energía para su regreso al montículo luego de una cirugía mayor del codo. La actuación de Ohtani como bateador designado por sí sola pudo haber sido suficiente para darle el JMV; sus contribuciones como pitcher a los Dodgers, eventuales campeones de la Serie Mundial, hicieron que su caso fuera irrefutable.
Ohtani terminó por delante del bateador designado de los Filis, Kyle Schwarber, y del dominicano Juan Soto de los Mets. El tercer lugar en La Americana fue para el pilar de los Guardianes, el dominicano José Ramírez, finalista por cuarta vez en su carrera.



