New York, 08 de noviembre, 2023.- En medio de los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza y mientras persisten los lanzamientos de misiles de Hamás hacia Israel, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) informó de un nuevo ataque contra un convoy humanitario bajo bandera de la Organización y escoltado por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
El convoy, de cinco camiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), fue tiroteado el martes cuando se dirigía a entregar suministros médicos vitales a los hospitales Al Shifa y Al Quds de la ciudad de Gaza.
Dos camiones sufrieron daños y un conductor resultó herido, pero el convoy llegó finalmente al hospital de Al Shifa y realizó su entrega, según informó OCHA.
El ataque se produce apenas unos días después de que un convoy de ambulancias fuera también bombardeado frente al hospital Al Shifa, de camino al paso fronterizo de Ráfah, donde la semana pasada habían comenzado las evacuaciones médicas de pacientes heridos a Egipto. Un acto por el que el Secretario General de la ONU, António Guterres, declaró estar “horrorizado”.
Por su parte, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) indicó que el número de trabajadores de las Naciones Unidas muertos se eleva ya a 92 desde que Israel respondió a los ataques de Hamás del 7 de octubre, que causaron la muerte de 1400 personas y el cautiverio de más de doscientos israelíes.
Guterres dijo esta semana que desde esa fecha “han muerto más trabajadores humanitarios de las Naciones Unidas que en ningún otro periodo comparable de la historia de la Organización”.
Mientras, cientos de miles de palestinos que aún permanecen en el norte de Gaza se enfrentan a adversidades sin precedentes tras quedar aislados por las operaciones militares.
Los ministros de Asuntos Exteriores de los países del G7 se sumaron el miércoles a los llamamientos internacionales en favor de pausas humanitarias en los combates para proteger a la población civil, facilitar la llegada de ayuda y apoyar la liberación de los más de 240 rehenes que Hamás mantiene cautivos.
En el norte no funcionan panaderías por falta de combustible, agua y harina, y desde hace una semana no se distribuyen allí alimentos ni agua embotellada, según OCHA.
Debido a la falta de suministros médicos, los hospitales del norte realizan ahora operaciones quirúrgicas sin anestesia, según informó la Organización Mundial para la Salud (OMS).
Según OCHA, el Ejército israelí reiteró sus órdenes de evacuación a los residentes del norte y el martes, por cuarto día consecutivo, abrió un «corredor» a lo largo de una arteria principal de tráfico, dando a los residentes un plazo de cuatro horas para desplazarse hacia el sur.
Los observadores de la ONU calculan que hasta 15.000 personas pueden haber utilizado esta ruta. OCHA subrayó que «la mayoría, incluidos niños, ancianos y personas con discapacidad, llegaron a pie con un mínimo de pertenencias».
El martes, el Ejército israelí también renovó sus órdenes de evacuación del hospital Rantisi de la ciudad de Gaza, el único centro pediátrico del norte, «alegando que grupos armados estaban utilizando sus instalaciones y alrededores», según OCHA.
Según las autoridades sanitarias de Gaza, tal evacuación pondría en peligro la vida de decenas de niños que están con respiración asistida, sometidos a diálisis renal o dependientes de respiradores.
Un experto independiente en derechos humanos de la ONU advirtió el miércoles de que los bombardeos sistemáticos o generalizados de viviendas, bienes e infraestructuras civiles están estrictamente prohibidos por el derecho internacional humanitario, el derecho penal y las normas de derechos humanos.
Balakrishnan Rajagopal, relator especial* de la ONU sobre el derecho a una vivienda adecuada, afirmó que llevar a cabo hostilidades «a sabiendas de que destruirán y dañarán sistemáticamente viviendas e infraestructuras civiles, haciendo inhabitable para los civiles toda una ciudad, como la de Gaza, es un crimen de guerra«.
En el sur de Gaza, encontrar alimentos y agua sigue siendo un desafío, según OCHA. Once panaderías han sido atacadas y destruidas desde el 7 de octubre y «el único molino operativo de Gaza» está parado por falta de electricidad y combustible.
La agencia explicó que el pan se suministra a las panaderías «de forma intermitente» y la gente hace colas por muchas horas frente a las panaderías que funcionan, donde corren el riesgo de ser alcanzados por los ataques aéreos.
El agua que llega de Egipto en botellas y bidones «cubre sólo el 4% de las necesidades diarias de agua de los residentes«, advirtió OCHA, basándose en una asignación de tres litros por persona y día para todos los fines, incluido el cocinar y la higiene
El martes, 81 camiones con alimentos, medicinas, suministros sanitarios, agua embotellada y productos de higiene entraron en Gaza desde Egipto a través del paso fronterizo de Ráfah. En total, 650 camiones de ayuda han entrado en Gaza desde que se reanudaron las entregas el 21 de octubre.
OCHA recordó que antes del inicio de las hostilidades entraban en Gaza un promedio de 500 camiones cargados cada día laborable; la OMS ha calificado la cantidad de ayuda que ha podido proporcionar hasta ahora como una «gota en el océano» en comparación con las enormes necesidades.
La ONU ha pedido en repetidas ocasiones que se amplíe el acceso de ayuda al enclave. El jueves, el coordinador de Socorro de Emergencia de la ONU, Martin Griffiths, representará al Secretario General, António Guterres, en una conferencia internacional sobre ayuda humanitaria para los civiles de Gaza organizada por el presidente francés, Emmanuel Macron, en París.
Por Onu