En el tratado psicológico, queda pre-establecido la antítesis en la evolución psíquica del ser humano, llegándose a contradecir en sí mismo el aspecto psico-operativo de la mente humana.
Un ejemplo es el caso del seudo intelectual que utilizan su preparación para desviar de los verdaderos hechos y falsificar imágenes inducidas a una idea manipulada y llena de aberraciones, esta es una forma perversa de utilizar el conocimiento y demagogia auspiciadas por la exaltación del ego y el clientelismo habitual. Por este comportamiento y por demás de tildar de países de tercer mundo a los pueblos manipulados en su ego y esencia, sabiendo de más que, este es un término despectivo y recurrente, que no debería ser tolerado por los perjudicados.
El seudo intelectual, es como una puta llena de codicias y de desviaciones obstentivas en el agravio a su propio origen y en confabulación con el poder adquirido atreves de su evolución intelectual y el clientelismo perpetuado en su conducta putil, seductora de orgasmos adquiridos mediante el soborno a su intelecto. Otro ejemplo es el padre protector, este en su evolución, pasó por periodos de necesidades no correspondidas, estas se convirtieron en un trauma, producto de la desviación de su ego a la materia como convicción ideal de éxito y de logros existenciales. En su afán destapó su capacidad y logro salir de la pobreza apoyado en dos pilares, el primero fue su complejo de inferioridad e Inteligencia y en otro plano una mano amiga con la sagacidad de comportamiento estable y objetivos persistentes. En su evolución, este padre protector de sus hijos, hasta le permitirles el despilfarro de la fortuna creada. Las consecuencias son las esperadas, la quiebra ante tantos desatinos y ya sin la mano amiga que lo soportaba. Este padre protector entonces se desvía, y a pesar de como él había evolucionado, se convierte en una puta estéril que se conforma y comporta como el seudo intelectual, y arrastrando su complejo de inferioridad, coincide con lo pre-establecido la antítesis en la evolución psíquica del ser humano, llegándose a contradecir en sí mismo el aspecto psico-operativo de la mente humana y pervirtiendo el ego enaltecido de sus hijos y en vil rechazo a los valores morales, se pervierte como la puta asumida en el seudo intelectual, sucumbiendo ante el clientelismo perverso e inmoral.
Dedico este artículo a amigos que aprecio y que siguen sumergidos en su ego clientelista. Vale recordar que el amor de Dios es de él y nadie en la tierra puede ostentarlo, así como su rol de omnipotente.
E. Lerebours