Ginebra, 18 de mayo, 2020.- La Organización Mundial de la Salud ha reportado hasta la fecha, más de 4,5 millones de casos de infección por COVID-19 y más de 300.000 vidas perdidas.
“La infección se ha movido como un incendio forestal», señaló Tedros Adhanom Gebreyesus, antes de advertir que los primeros estudios de análisis de sangre han indicado consistentemente que solo entre una y dos personas de cada 10, parecían haber entrado en contacto con la enfermedad, desencadenando una reacción inmune mostrada por la existencia de anticuerpos.
«Incluso en las regiones más afectadas, la proporción de la población con los anticuerpos reveladores no es más del 20%, y en la mayoría de los lugares, menos del 10%», dijo Tedros. «En otras palabras, la mayoría de la población mundial sigue siendo susceptible a este virus».
Ningún país se ha librado de enfrentarse a la infección, agregó, antes de señalar que mientras algunos todavía están «preparándose para lo peor», otros han comenzado a aliviar las medidas de bloqueo.
Levantar las medidas de confinamiento con responsabilidad:
«La Organización Mundial de la Salud entiende completamente y apoya el deseo de los países de volver a ponerse de pie y volver al trabajo», aseguró Tedros, advirtiendo una vez más que esto debe hacerse con cuidado.
«Es precisamente porque queremos la recuperación global más rápida posible, que instamos a los países a proceder con precaución. Los países que se mueven demasiado rápido, sin establecer la arquitectura de salud pública para detectar y suprimir la transmisión, corren un riesgo real de perjudicar su propia recuperación», dijo.
Tedros recordó que la pandemia en curso además corre el riesgo de deshacer «décadas de progreso» contra la mortalidad materna e infantil, el VIH, la malaria, la tuberculosis, las enfermedades no transmisibles, la salud mental, la poliomielitis, entre otras curaciones urgentes.
El camino a un mundo mejor:
Tanto António Guterres como Tedros Adhanom Gebreyesus enfatizaron en sus respectivos discursos que la vida en el mundo después de la pandemia no puede continuar igual.
“La pandemia es una tragedia. Tanto nuestra respuesta como nuestra recuperación deben poner las consideraciones de derechos humanos en el centro. Pero también es una oportunidad para abordar la crisis climática y la desigualdad de todo tipo, incluidas las brechas en nuestros sistemas de protección social. Es una oportunidad para reconstruir de manera diferente y mejor”, afirmó el Secretario General.
Guterres aseguró que en lugar de volver a los sistemas que eran insostenibles, se debe dar un salto hacia un futuro de energía limpia, inclusión e igualdad y redes de seguridad social más fuertes, incluida la cobertura universal de salud.
Tedros dijo que el COVID-19 no es solo una emergencia de salud global, sino una vívida demostración del hecho de que no hay seguridad de salud sin sistemas de salud resistentes, o sin abordar los determinantes sociales, económicos, comerciales y ambientales de la salud.
“Más que nunca, la pandemia ilustra por qué invertir en salud debe estar en el centro del desarrollo. Estamos aprendiendo por las malas que la salud no es un lujo; es una necesidad. La salud no es una recompensa para el desarrollo. Es un requisito previo. La salud no es un costo. Es una inversión. La salud es un camino hacia la seguridad, la prosperidad y la paz”, explicó.
La Asamblea Mundial de la Salud, que se celebra cada año, concluirá este martes.