SANTO DOMINGO-RD-18-9-2020.- En medio de las circunstancias anómalas en que nos ha tocado vivir, producto de la pandemia mundial del coronavirus, nadie como los dominicanos de la tercera edad resultan tan afectados por los embates de unas condiciones extremadamente dificultosas para sobrevivir.
La llegada del doctor José García al Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE) obliga a ese nuevo equipo de trabajo a reevaluar desde una óptica multidisciplinaria, la efectividad de las políticas gubernamentales focalizadas en ese sector social tan vulnerable a los contagios del COVID-19, pero además impactado como ningún otro segmento por los efectos colaterales de la pandemia.
La situación de los adultos mayores en sentido general, antes del COVID-19 era dificultosa, con muchos casos de discriminaciones, hambrunas, abusos físicos y sicológicos, abordadas de forma timorata e inefectiva por las instituciones del Estado responsables de garantizar la aplicación la ley 352-98 y el resto de la normativa jurídica existente para enfrentar esos atropellos.
Sin dudas, en estos largos meses del coronavirus, las condiciones existenciales de los envejecientes en nuestro país han empeorado, pues ahora se les ha complicado mucho más, el acceder a la obtención de alimentos, medicinas, empleos, entretenimientos, transporte e incluso al cuidado familiar, o del personal de salud, por el distanciamiento puesto en vigor para evitar la expansión del virus.
Esperamos sin embargo, que la nueva directiva del CONAPE asuma un abordaje firme hacia la problemática de los adultos de la tercera edad, para impulsar políticas públicas destinadas a resolver los inconvenientes que les aquejan, teniendo presente que tarde o temprano, todos iremos a ocupar un espacio en ese segmento tan significativo de la sociedad.
