El inicio oficial del proceso de inmunización contra el coronavirus realizado en el hospital militar Ramón de Lara, encabezado por el mandatario dominicano Luís Abinader, origina un respiro de alivio y sosiego a una población impaciente por comenzar a ver luz al final de un túnel, que durante largos meses estuvo abarrotado de malas noticias e intranquilidad ciudadana.
Las prioridades establecidas en el protocolo gubernamental para la campaña de vacunación son parecidas a las aplicadas en otros países asesorados por la Organización Mundial de la Salud(OMS) que coloca en los primeros lugares al personal del sector de la salud y servicios esenciales, así como a las personas de la tercera edad o vulnerables de ser afectados severamente en caso de contagio.
Compartimos la preocupación con respecto al reto para inmunizar expresada por el presidente Abinader, en el sentido de que un 40% de los dominicanos desconfían de las vacunas, pues ese porcentaje contraviene hallazgos científicos, cuyas evidencias muestran dificultad para romper la cadena epidemiológica del virus, sin la existencia de una inmunidad de grupo o rebaño que requiere sobre un 75% de inmunizados para considerar efectiva y durable la protección colectiva.
Si poco menos de la mitad de los dominicanos rehúsan vacunarse a causa de la desinformación, confusión y dislates sin fundamentos médicos diseminados irresponsablemente en las redes sociales, de nada valdría el esfuerzo del Estado y el sacrificio titánico realizado por la población durante estos meses, porque la cadena de transmisión no se rompería y el virus continuaría mutando hacia cepas más resistentes y mortíferas.
Las personalidades políticas, deportivas, artísticas, sociales, empresariales; sindicales y dirigentes populares con influencias en espacios y sectores específicos, deben motivar a la ciudadanía para que acuda a inmunizarse, cuando a cada cual le llegue su oportunidad, sin escuchar voces agoreras e insensatas que buscan pescar en río revuelto y esparcir batiburrillo en un momento trascendental para la vida y la salud de los dominicanos. ¡A vacunarnos todos!