Al celebrarse en este mes, 13 años del sentido fallecimiento del destacado locutor, empresario radial, político y, productor de televisión y por sobre todas las cosas sobresaliente filántropo Rafael Corporán de los Santos, nueva vez destacadas personalidades han requerido rotular una avenida capitalina, con el nombre de ese prominente ciudadano.
En un tiempo en el que el individualismo, la hipocresía y la avaricia es el común denominador de la sociedad actual, mantener vivo el ejemplo de desprendimiento, bondad, disposición de ayuda y visión de progreso social que levantó Rafael Corporán de los Santos como bandera y norte de su existencia, es una necesidad de los dominicanos.
Rafael Corporán de los Santos fue un trabajador incansable, que logró remontar la extrema pobreza y en base al esfuerzo alcanzó prestancia y fortuna, que puso a disposición de los que menos tenían. Fue gracias a Rafael Corporán de los Santos que la voz del pueblo pudo expresarse sin cortapisas, mediante la cadena de emisoras radiales que conformaron el Circuito Corporán.
Rafael Corporán de los Santos, fue un visionario, que utilizó la televisión con genialidad para llegar a las grandes masas y ayudar a resolverles sus acuciantes problemas, fuere donando comestibles, enseres domésticos, fuere buscándoles atenciones médicas o medicinas, fuere reconstruyendo casas devastadas por embates de la naturaleza, fuere brindando un hombro solidario en donde los pobres lloraban sus penas.
Resulta vergonzoso que en unas de las ciudades de los Estados Unidos, como es la ciudad de New York, nombraran desde el año 2019, la esquina de la calle 179 y avenida Broadway con el nombre de ese destacado dominicano como Rafael Corporán de los Santos, mientras aquí, ninguna instancia del Estado ha tomado la iniciativa de dedicar una calle o avenida, una estación del Metro o una plaza pública a Corporán de los Santos, al tiempo de ufanarse de tener avenidas como la Abraham Lincoln, George Washington, Winston Churchill o Charles Summer, quienes nunca hicieron nada por este país y ni siquiera sabían en qué lugar del mundo estaba localizada la República Dominicana.
Si tuviéramos autoridades conectados con el sentir de la población dominicana hubiesen designado el 5 de marzo de cada año el” Día de la Comunicación Popular « manteniendo viva la memoria de un ser humano excepcional y un dominicano bueno, solidario, cuya nobleza y amor por su pueblo se mantuvo hasta el último aliento de vida que tristemente se apagó el 5 de marzo del 2012. Para esas autoridades mezquinas, desmemoriadas ¡¡¡Corporán sigueeeeee..ayyyyyyyyyyy!!!
